Era una mañana normal, de un día normal, en el mes de enero. que haya sido víspera de reyes quizás no haya sido una casualidad, pues quizás, los ancianos sabios de oriente que en antaño salutaran al nacido cristo rey con sus regalos de oro, incienso y mirra, y que según la tradición occidental, nos dejan sus presentes a todos nosotros dentro de nuestros zapatos, la madrugada del 6 de Enero, decidieron luego de mucho tiempo, demostrarle a este dirigente que aun existen cosas que valen la pena.
Lo que dijeron